El sector productivo depende del sector primario para obtener las materias primas necesarias para la producción. Los países que producen principalmente materias primas agrícolas y de otro tipo (es decir, el sector primario) tienden a crecer lentamente y siguen siendo economías subdesarrolladas o en desarrollo. El valor añadido a través de la transformación de las materias primas en productos acabados genera de forma fiable una mayor rentabilidad, que es la base del crecimiento más rápido de las economías desarrolladas.